SINERGÍA.-

Imaginemos una escena en la cual se configura un cuerpo humano constituido por órganos pertenecientes a distintas personas, cuya vitalidad es superior, dada la preparación física o calidad de funcionalidad de los sistemas que le soportan. Así son los equipos de trabajo, donde cada persona coloca lo mejor que dispone para lograr, en conjunto, los objetivos esperados.

Cada cual, se complementa allí donde la debilidad de una parte del cuerpo está presente; donde existe fragilidad, el otro con fortaleza en ese órgano se integra al cuerpo y así se superan las diversas debilidades actuando como una entidad integrada y llena de una fuerza impulsora, que arrasa y conlleva al éxito en el propósito de la existencia misma.

De igual manera, un equipo de trabajo es un solo cuerpo constituido por diversas personas (órganos), cuyas competencias o virtudes están presentes tanto en uno como en el otro; manifestando fortaleza y sostenimiento, elevándose la calidad del trabajo y en consecuencia, asegurando los resultados deseados por el equipo; pues la integración de las partes (el todo) es mayor que la suma de todas ellas.

Pareciera un juego de palabras, siendo en esencia, el llevar a lo concreto la verdadera integración de esfuerzos aislados en un esfuerzo colectivo, donde el ganar- ganar es el norte, ya que lo que afecte a uno afectará al todo.

Los equipos de trabajo conforman un sistema dirigido por un líder o ente rector, donde la distribución de los integrantes dentro de la estructura de funcionamiento dependerá de las competencias, habilidades y conocimientos de los mismos; estableciéndose un orden soportado por las fortalezas de cada cual; complementándose como un cuerpo integrado de manera tal, que la sinergia presente se convierta en una fuerza impulsora para el logro de objetivos tanto organizacionales como grupales, basados en un plan PRE-establecido en correspondencia a la misión o propósito de la organización o asociación que tiene lugar.

"El todo supera la suma de las partes" refleja entonces, que en los equipos de trabajo constituidos conscientemente de su importancia y de la complementación de sus miembros para superar cualquier debilidad, se alcanzarán resultados de alto desempeño, donde todos son objeto y sujeto de un continuo proceso de re-conocimiento y mejora, a fin de evitar la dis-funcionalidad del proceso que representan. Son en forma figurada, un cuerpo humano alineado, sosteniendo la existencia del mismo, con calidad. Esto es así en los distintos ambientes donde nos desenvolvemos; bien sea el hogar, el trabajo, los grupos sociales, los equipos deportivos, los espacios cooperativos etc.

Bajo este enfoque, podríamos visualizar a la organización (sea cual sea su ambiente) como una estructura viviente que nace, crece, se enferma, se interviene, se fortalece y desarrolla. Por ello la gestión y participación de sus miembros debe estar orientada a preservar la salud de la misma, para asegurar su viabilidad.

Bajo este mismo enfoque debemos también observar nuestro crecimiento como ser humano y espiritual, ya que el propósito es la unidad entre los seres humanos; es decir, lograr el propósito o tratado de paz, amor y unidad, donde la colaboración y la buena voluntad, así como la paciencia y la perseverancia nos conllevarían a una gran fraternidad; esto representa lo que fue, es y será el propósito del líder más grande, “Jesucristo” al ser Uno con el Padre, con la totalidad y repetimos.....


“El todo supera la suma de las partes”.

Aprendamos a complementarnos allí donde tenemos fortaleza, superando las debilidades, elevando la sinergia y alcanzando las metas establecidas.


Adriana Salazar.-

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