ESPERANZA VS DESESPERANZA
Podemos hallar las nuevas soluciones necesarias con
la ayuda de la razón y el amor apasionado por la vida, y no a través de la
irracionalidad y el odio.
Erich Fromm
Cuando hablamos de esperanza hacemos referencia a un estado de ánimo donde esperamos que ocurra algo en un momento dado, es fe de que algo bueno va a pasar. Sin embargo, hay que diferenciar dos tipos de esperanza, las cuales tienen un significado relevante en nuestra salud emocional y psicológica como espiritual.
La
primera esperanza es aquella pasiva donde esperamos que alguien haga algo,
colocando nuestra fe en que otros nos resuelva la situación que nos afecta,
introduce una actitud de derrota y de victimización entregando nuestro poder
personal de realización y materialización de soluciones desde nuestras
posibilidades. Es un estado que nos lleva a mantener el dolor, la impotencia,
la frustración.
La
segunda, la esperanza activa, es aquella que nos moviliza a emprender acciones
en busca de solucionar los problemas diarios de la vida, donde la fuerza
impulsora que nos mantiene es esa motivación a seguir avanzando, es tomar
conciencia de la realidad, es darnos cuenta de que es necesario confrontar la
situación que nos rodea y comprender qué nos motiva para seguir adelante y
luchar por un bienestar.
Es
importante redescubrir, qué es aquello que nos importa y cuál es el motivo de
nuestra vida, reconocer las dificultades que nos acompañan y saber que tenemos
un poder interno para salir adelante sin esperar que otros vengan a salvarnos,
ayuda que tampoco debemos rechazar. Debemos reconocer que no somos
invulnerables, y aunque las emociones de tristeza, miedo o ira nos impacten,
dejarlas fluir sin apegos y evitar rumiar las mismas (masticar constantemente
las emociones), para soltar y pensar en
que, si podemos solventar situaciones que estan bajo nuestro control y aprender
a ser solidarios acompañando a otros, sin victimizarles.
¡La esperanza activa
es aquella que nos moviliza para transformar nuestra realidad, es tener
optimismo sin perder la percepcion de las pérdidas, de las desavenencias y
dificultades diarias, donde la paciencia y la tolerancia hacen presencia y nos
ayudan a direccionar la mirada con certeza hacia el logro de soluciones
posibles y eficaces!
Psic.
Adriana Salazar
Aún hay esperanza para todo aquel que
está entre los vivos. Eclesiastés 9:4
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