Liberandonos del miedo



Psicológicamente, el miedo es una emoción adaptativa, muy necesaria en la vida del ser humano.

En cada etapa del desarrollo, se experimenta una sensación de ansiedad ante estímulos reales o imaginarios; es parte de proceso de aprendizaje donde se irán superando cada una de las manifestaciones de la respuesta emocional del miedo para lograr adaptarse a las circunstancias concretas o específicas que la estimulan.

Sin embargo, el miedo parte de una concepción o idea distorsionada de la realidad y a experiencias vividas, que debe ir superándose de una etapa a otra, ya que de lo contrario se generaría una ansiedad y posteriormente la manifestación de una fobia.

Como emoción adaptativa, se dice necesaria porque funciona como un mecanismo de protección, no obstante, de mantenerse en el tiempo se convierte en una fuerza inhibidora de crecimiento humano, minimizando la eficacia del desempeño personal en todas las dimensiones.

Una vez adultos, el miedo mediante al socialización y cognición de la realidad se convierte en un impedimento para disfrutar la vida, un obstáculo para tener paz y ser felices. A esto se suma el condicionamiento o domesticación al que se somete al ser humano en el proceso de interacción con los demás y e entorno, donde la influencia de los actores en el vivir diario como los padres, familiares, vecinos, amigos, escuela, compañeros, pareja, supervisores laborales, políticos, gobernantes etc., aunados a los medios de comunicación, a las redes sociales y ciertos desarrollo científicos tecnológicos que con el propósito de mejorar el desarrollo social de las personas, buscan seguir dominando las conciencias, adormeciéndolas  inyectándoles más miedo.

En la época actual del posmodernismo donde el individualismos, el hedonismo esta presenta a flor de piel, y donde el consumismo marca pauta cada vez con mayor fuerza, el miedo luce sus máscaras en las personas creyéndose invulnerables, pero en realidad late y vibra recordándoles su debilidad ante una emoción en la cual no tenemos el control,  solo en la manifestación de las conductas que tienen lugar .

¿Cómo liberarnos del miedo?

En psicología unos de los métodos más eficaces de aplicar es la introspección. Aprender a observarse, sentir las reacciones fisiológicas, y físicas que emanan del cuerpo, así como la cognición de las emociones y estímulos que la disparan, hacen que la atención se concentre y en consecuencia disminuye la intensidad de la emoción hasta que se disipa y los pensamientos se aplacan y la actitud cambia.

EL sistema nervioso es la base fisiológica de la emoción del miedo, allí los impulsos nerviosos llegan se forman las ideas, y se manifiesta la conducta motora de la emoción, la persona se percibe en forma dual en relación con el entorno y eso le causa miedo. Cada cual percibe el mundo de una manera determinada que esta influenciada por una cultura, unas tradiciones y unas costumbres, y en la época actual se vive en base a lo externo y no en estar en contacto consigo mismo.

Entonces trabajar en uno mismo, en sentirse, en aprender a aceptarse, a amarse, y comprender que las ilusiones que nos llegan como impulsos, a no enjuiciarse y aprender a mantener el silencio, en estar atento a la forma como pensamos para evitar enfermarnos.

Debemos entonces a gestionar los pensamientos, a los juicios y estar atentos a ellos, en ese momento, comienza darse un proceso de liberación del miedo.

Practicar ejercicios de atención plena, contribuirán a superar los pensamientos negativos y de rechazo a si mismos.

Algunos ejercicios de atención plena para practicar pueden ser:

·         Escoger una imagen y mientras lo ves solo concentras tu atención en la respiración, tomando conciencia en como inhalas y como exhalas y darse cuenta de qué piensas, en caso de llegar a distraerte con algún pensamiento, tomar conciencia de nuevo la respiración.

·         Otro es mirar el segundero de un reloj y mientras lo miras, simplemente te concentras en la respiración, siguiendo los pasos indicados arriba.

·         Otro ejercicio muy importante es sentarte en un sitio en silencio, respirar lenta y profundamente y traer a tu mente una situación que te dio miedo, y sin enjuiciar buscar que sentías y ante qué situación o estimulo que conducta hiciste, haciendo eso comenzara un proceso de cambio, de comprensión y unión contigo mismo (a) sin rechazarte.


Comentarios

Entradas populares de este blog

REGRESO AL COLEGIO (Poema)

ODA AL AGUA

Una triple relación de contingencia: Filosofía, Ciencia y Tecnología. Adriana Salazar