RESILIENCIA: Camino para abrir caminos al equilibrio y superación personal
Resilio-resiliencia, superación a la adversidad
Valor ansiado para la humanidad en crisis,
Vía para rebotar el dolor y el sufrimiento
presente
Logrando avanzar y transformar la propia realidad.
Resistencia del cuerpo a la rotura, al golpe
fragilidad que decrece al aumentar la
resistencia,
Fuerzas dinámicas de temperamento,
internalidad e inteligencia
Se conjugan para avanzar ante las
dificultades de la vida.
Resilio, fuerza magna ante el estrés y los traumas
Que desde niños debemos afrontar en el
desarrollo,
Afrontando con gallardía cada momento
oscuro de vida
Transformando lo pesado en fuerza
bruta para avanzar.
Motivación, acción y espíritu de lucha significativa
Aunado a la ayuda de familia, amigos y
acompañantes,
Fortaleciendo la fuerza vital de vida para
superar lo estresante
Desarrollando una adaptación positiva
ante la adversidad.
Gracias a la Vida y a la mente Suprema presente
Que en andanzas inconscientes nos
guía,
Fortaleciendo la energía interna de
transformación
Amor universal incondicional que nos
acompaña
Superando la dualidad de nuestra identidad.
Desde temprana edad estamos expuestos a los cambios de ambientes que se hacen hostiles en muchas ocasiones y que, a pesar de ello, son necesarios para superar cada etapa, cada crisis que les identifica en el desarrollo psicosocial, al igual que las maravillas de una dinámica y satisfactoria guía de los padres conscientes en que el amor, es la base para un crecimiento equilibrado y de seguridad para enfrentar la vida.
Dotar de esa fuerza interna para superar las
adversidades que se presentarán, dada la vulnerabilidad que nos atañe, es una
necesidad de formación desde niños a cargo de los padres; sin embargo, la
carencia de una formación emocional equilibrada, la exposición a entornos
difíciles e incertidumbres presentes, desenfocan sus atenciones y centran sus
esfuerzos en lo que con amor pueden aportar sin una maestría clara de lo que es
lo mejor.
La resiliencia es una característica en las personas, un patrón más que un rasgo de la personalidad, ya que esta puede cambiar en el transcurso del desarrollo, es una habilidad para levantarse ante eventos negativos de la vida que siempre van a estar presentes, solo cambia la actitud con la cual lo afrontemos, de la ayuda que se reciba, de las guías recibidas, del modelaje observado en otros a partir de las interacciones sociales, a las cuales estamos expuestos. Requiere que aprendamos la autoconfianza, la curiosidad, la ecuanimidad, el manejo de la soledad existencial, la autodisciplina, autoestima y control sobre el ambiente, en lo posible.
Son muchos los factores presentes en el desarrollo de la habilidad resiliente en las personas. Por una parte, los relacionados a la disposición psicológica donde el temperamento con su carga genética, la inteligencia, la salud, la percepción de la realidad o cognición social y gestión de las emociones en forma consciente; por otra parte, están los aspectos referidos a la disposición relacional y juego de roles sociales, donde el darle sentido a las experiencias, tener habilidades en identificar y relacionarse con modelos positivos y tener buena voluntad para buscar a alguien en quien confiar son esenciales, igualmente, en tener una profunda confianza en las relaciones y el desarrollo de la intimidad personal.
Descrito esto, hay que considerar el entorno donde nos desarrollamos y sus característica socio-económicas, culturales y políticas que van tiñendo las circunstancias de vida en sociedad, influenciando las conductas de las personas y moldeando las conductas sociales necesarias para la supervivencia como adaptación. Esas características del medio que en muchas ocasiones se convierten en fuerzas de estrés, de riesgos, demandan que desarrollemos habilidades de valoración cognitiva (conocimiento) y de solución de problemas.
Las características del entorno donde nos desenvolvemos o crecemos, requiere la habilidad de hacer una evaluación realista de la propia capacidad para actuar y de las expectativas o consecuencias de esa acción; así mismo, un conocimiento de que puede y no puede lograrse y la capacidad de especificar metas más limitadas, para percibir cambios en el mundo, para usar el afrontamiento orientado a los problemas activo y para reflexionar sobre nuevas situaciones. Flexibilidad, perseverancia, y disponer de recursos son elementos que contribuyen a este aspecto del patrón de resiliencia, como tener un foco de control interno. Es necesario aprender a incentivar en nosotros mismos y en los que nos acompañan, la búsqueda de novedad, curiosidad, naturaleza exploratoria y creatividad.
En concreto, cada cual posee una capacidad para superarse a sí mismo y las situaciones adversas que nos rodean, reconociendo al otro y respetando sus limitaciones, aprender a tomar conciencia de nuestras fortalezas y debilidades y, que a pesar de no contar con los recursos, las enseñanzas de nuestros familiares en forma consciente o de otros en nuestro espacio vital, siempre habrá una fuerza interna que nos movilizará en la búsqueda de nuestro bienestar, en que dejarnos fluir por esa energía positiva que nos habita , y observando lo que causa daño o causa bien , orientándonos por aquello que nos es favorable, entonces desarrollaremos un patrón resiliente. Todo esto se puede aprender en el transcurso de nuestro desarrollo y maduración, solo hay que abrirse sin juicios de valoración y saber que nada es imposible.
Adriana Salazar 29/10/2020.
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